Amor... ¿No será mucho el fanatismo?
Ni me acerco ni tanto a un fanático... sólo disfruto un poco de mi gusto por la U; si fuera fanático, no podría admirar el fútbol de otros equipos, ni podría hablar con Jorgito (uno de mis hijos) de tal o cual jugador; el gusto por el fútbol me transporta a la infancia, en cuanto a que uno soñaba con ser héroe, el fútbol sólo resalta la magia de combatir y ganar sin hacerle daño a nadie, es encontrarme expuesto a las más ingenuas sensaciones, al abrazarme con un extraño sin cuestionar su origen ni color, el hermanarme nostálgicamente sin pedir nada a cambio.
Los hombres a los que nos gusta ver fútbol, somos como niños que éramos capaces de jugar desde el almuerzo al anochecer, y luego del "último gol gana todo" te quedas charlando con los pirujas amigos acerca de los goles que te perdiste, del chichón en la pantorrilla que te hizo el flaco, de la marca de tierra y sudor que quedó en tu cuello; y llegas a casa, y mamá te reprende por las horas fuera de casa, de la tarea que no se hizo a tiempo por culpa de una pelotita y 20 granujas vagonetas.
Cuando uno recuerda su infancia, y le tocó vivir en la Villa Francia, o en la Villa O'higgins, y sabes que el entorno habló toda la semana del Real Aeropuerto o del Juventud contra el Defensor Brasil, cuando entiendes los códigos de un "coyote", cuando te enamoraste de la hija de la señora que lavaba las camisetas, cuando con 10 años dejabas de creer que los regalos los traía Santa, cuando en la ignorancia de los procesos, la felicidad o la tristeza se medía por un gol, entonces no le puedes pedir a ese infante que no se emocione con algo que le transporta a eso tan bello como la infancia transparente; ahora bien, los colores son casuales, es cuestión de gustos y como tal no hay reglas...y me preguntas si soy fanático, no sólo soy un niño de cuando en cuando, y los niños no son fanáticos... los niños son hermosos, por lo mismo, cuando veas a tus hijos o a tu esposo llorar o gritar en un partido, recuerda que son solo momentos irrepetibles de ingenua infancia, solo eso, sana infancia.
Escrito a propósito de la duda-cuestionamiento de mi amada mujer, un par de días después del triunfo de Universidad de Chile por 4-0 a Flamengo en Río de Janeiro.
Carlos Ordóñez Herrera
En twitter @carlos_bluex
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Escrito porEquipo de Tapadón