A trabajar, que los sueños esperan
Como hincha del fútbol en general, claro que es difícil no haber disfrutado del campañón en la Sudamericana de esta Universidad de Chile, que tiene a varios por el mundo bastante encandilados. Uno lee en las diversas portadas deportivas que se habla y se seguirá hablando, del esquema Sampaoli, el imbatible 3-3-1-3 y en la retina futbolera quedarán para siempre los apellidos de estos nuevos gladiadores.
Hemos sido testigos de los más rimbombantes halagos a una institución que en esta etapa de la historia, pareciera caminar derechita y que en el deportivo, solo tiene como rival de temer al Santos de Neymar.
Sin embargo me detengo a pensar en que en este caso, el discípulo salió mejor que el maestro, el alumno tuvo una gloria antes que su mentor. Argentino, Rosarino, Bielsista por excelencia, para algunos un trabajólico, con una disciplina a toda prueba, casi como un maestro Zen y tal como un caballero armado, es secundado por un séquito de lanceros invencibles, es ahí donde aparecen los Beccacece, Dessio, Azargado, Pastene, Arenas, Antillanca y un cuerpo médico dedicado, hay también un nutricionista, Carlos Jorquera al que deberían ponerlo en la vitrina de los pases para la próxima temporada, me pregunto qué les dará de comer a los azules que corren como nadie en América.
Me pregunto cómo será Casilda, su clima, sus piletas, imagino que de niño este esforzado DT, iba en bicicleta a comprar a algún almacén, sin imaginar que su trabajo, le reportaría a la U USD15 millones por la venta de un muchacho de 21 años a Italia.
Y como de seguro lo haría el maestro Bielsa, a otra cosa mariposa, este domingo van por la UC a San Carlos para seguir soñando, esta vez, con el bicampeonato.
En definitiva y tal como la vida diaria, la capacidad de asombro no debe perderse, el valor del trabajo siempre debe ensalzarse y el espíritu de lucha nunca debe dejarse de lado. Quienes sueñan, aún pintando canas, son los que lloran con lo simple, pujan sin límites y duermen felices.
Ya vendrán historias de verde emoción, de rojinegra esperanza y de albas batallas campeonas, por ahora, disfrutemos del cielo Azul.
Carlos Ordóñez
Columnista Tapadón

Escrito porEquipo de Tapadón